Penurias pandémicas de un restaurantero
L rentó una vieja casona en el barrio antiguo para convertirla en restaurante. Le llevó ocho meses conseguir el permiso de uso del suelo, y luego, otros siete meses para obtener el permiso que posibilita a los clientes tomarse una cerveza con la comida: el famoso permiso de alcoholes. L se hizo famoso y bien … (Leer más)